¿Ha permitido Roma el viejo "rito misal" a todos los sacerdotes?
Aunque no es "oficial",
pronto podría anunciarse una confirmación de que próximamente a todos
los sacerdotes del mundo les será permitido usar el viejo rito para la
celebración misal.
De dos cartas parroquiales a las comunidades en Steffeshausen y Auel (Bélgica)
Párroco Paul Schoonbroodt
traducción por Alberto Ciria
Todavía nos faltan textos oficiales. Da la impresión de que esta
información se manipula con discreción, aunque ahí parece darse la
señal concreta de un cambio de orientación en el Vaticano.
En las iglesias de los prioratos de la hermandad sacerdotal San Pío X
en Aix en Provence, Avignon, Lyon, Marsella, Niza, etc., los
sacerdotees han hecho una proclama con el siguiente breve contenido.
Hoy (28 de enero del 2001), el sacerdote N. ha anunciado lo siguiente en Aix en Provence antes de la predicación:
"El 29 de enero del 2000 ha tenido lugar en Roma una conversación entre
el obispo Fellay y el mismo cardenal que en septiembre (ver la revista
"Treinta días")."
El 30 de diciembre del 2000 recibió con el cardenal la bendición del
"pastor superior romano". Se-gún una declaración del obispo Felly, no
hay nada que temer, pues en su opinión tienen una "autoridad
sustitutoria". Tiene confianza en que se les conceda "el derecho de
continuar la tradición".
El 13 de enero del 2001, los cuatro obispos de la hermandad sacerdotal
San Pío X se han reunido de nuevo con el representante de Brasil (el
cardenal Hoyos), para fijar con él los puntos concretos de un convenio.
El obispo N. ha exhortado a los creyentes a rezar por un éxito final.
El 16 de enero del 2001, el obispo Fellay ha sido recibido de nuevo por
el cardenal Hoyos. En esta ocasión, el obispo ha exigido muestras
concretas de beneplácito por parte de Roma. Ahora también nosotros
estamos en posesión del escrito que el obispo Fellay envió el 22
de enero a los responsables de la hermandad sacerdotal San Pío X.
Entre tanto (el 31 de enero del 2001), el obispo Fellay ha congregado
en París a los priores de los centros de Francia para describirles la
situación actual de las relaciones con Roma, para que lo pongan en
conocimiento de los creyentes.
Nota: como pudo saberse, la iniciativa de las negociaciones viene de
Roma. La superioridad de la hermandad sacerdotal San Pío X se siente
"honrada" por ello, y lo dispone todo para que se llegue a un buen
final. Debido a los muchos rumores ya no era posible mantener como
hasta entonces un cierto secreto. Por otra parte, hay muchos sacerdotes
y también muchos creyentes que no están en absoluto de acuerdo con esta
aproximación... Se sienten burlados.
¿Cómo se llegó a este resultado imprevisto?
Este permiso es el resultado de muchos años de negociación entre la
hermandad sacerdotal S. Pío X y las autoridades vaticanas. Así, en la
entrevista de la revista "Treinta días" puede leerse una respuesta del
obispo Fellay, el superior general de la hermandad sacerdotal San Pío
X: "Si me llama el Papa, voy. En seguida. Sí, voy corriendo." Más
adelante, en otro pasaje: "Una muestra clara (de que Roma ha tomado
otra orientación) sería darles a todos los obispos la posibilidad "sólo
la posibilidad" de celebrar la misa tridentina. Esa misa que durante
siglos fue la misa de la Iglesia. Y que ahora es ilegítima. No haría
falta decir que con la nueva misa se han cometido fallos: bastaría con
darles a los sacerdotes que quieran la posibilidad de celebrar la misa
según el rito que prefieran."
¿Cómo debemos considerar eso en tanto que católicos?
1. La hermandad sacerdotal San Pío X
negocia desde hace años con la superioridad conciliar para obtener
"derechos" para el ejercicio de la tradición. °Esta vía es errónea!
Quien es católico, no negocia con los destructores de la fe.
2. La simultaneidad del sacrificio misal católico y de la celebración
eucarística moderna es irreconciliable con la verdad católica. Lo
verdadero y lo falso se excluyen.
3. Suponiendo que en el mundo muchos sacerdotes hicieran uso de esta
autorización, esta misa, aunque fuera celebrada con el rito antiguo,
sería inválida, porque desde 1970 los "sacerdotes" fueron ordenados
inválidamente.
4. °La prohibición de la vieja misa por la Roma modernista a partir
1969 no tiene legitimidad! Es decir, el obispo Fellay no tiene razón al
decir que es ilegítima ahora. El "viejo" rito que San Pío V decretó con
una bula para todos los tiempos bajo amenaza de castigo divino es una
restitución del rito romano, que a su vez fue fundado por los apóstoles.
5. A causa de la asistencia del Espíritu Santo, un Papa auténtico jamás
aboliría la Santa misa. Al contrario, la conservaría, la fomentaría y
la haría accesible a los hombres, porque todas las gracias proceden de
ella. Por tanto, prohibiría en seguida la celebración eucarística que
procede del protestantismo y que no es un sacrificio expiatorio. Esto
lo tendría que pagar hoy con la vida, pues los enemigos de la Iglesia
están en vela.
6. La autorización para celebrar la "vieja misa", si la
transubstanciación fuera válida, encerraría la posibilidad de ocasionar
graves profanaciones al Salvador en el santísimo sacramento del altar,
como la comunión con la mano, una comunión indigna porque la confesión
queda prácticamente abolida. Sólo muy pocos se preocupan de examinar su
conciencia antes de la comunión y prepararse para la recepción de la
santa comunión mediante una confesión dispuesta a la contricción.
Con la comunión en la mano en una misa válida queda libre el camino
para malos oprobios en congregaciones de asociaciones secretas. °Para
ellas es importante la misa verdadera con un sacerdote verdadero!
7. Durante muchos años, la hermandad sacerdotal San Pío X ha solicitado
un puesto en la Roma moderna. Ahora lo tiene "tal como ella es"...: un
puesto en la Iglesia conciliar. Las experiencias hechas hasta ahora con
la hermandad de San Pedro demuestran que Roma también puede suprimir
tales condiciones. Lo importante para Roma es, además de la hermandad
sacerdotal de San Pío X, anexionar la masa de tradicionalistas a la
"unidad" de la Iglesia conciliar.
8. Para los verdaderos católicos la nueva reglamentación es inadmisible
[...]. ¿Por qué desde hace veinte años fueron excluidos sacerdotes de
la hermandad sacerdotal cuando se negaban a celebrar la santa misa en
unidad con Juan Pablo II y el obispo local? °Para proclamar frente al
Vaticano una "sumisión unitaria"! °Eso es un comportamiento diplomático
a costa de la verdad!
Declaraciones de Abbé Schmidberger
"Mire usted, incluso en Roma nos acogieron bastante bien cuando, con
motivo del Año Santo, peregrinamos en agosto a la Ciudad eterna.
Nuestro superior general, Monseñor Fellay, pudo predicar en la Basílica
de San Pedro, y yo mismo pude dirigirme a los fieles en la Basílica de
San Pedro junto a la tumba de nuestro patrón, San Pío X. Muchos de
nuestros sacerdotes han celebrado en iglesias romanas. [...] Hace poco
tres de nuestros obispos consagrados mantuvieron una larga conversación
con los prefectos de la congregación del clero. Así que hay muchos de
estos contactos en diversos niveles. Este es el comienzo de una
auténtica penetración en toda la Iglesia. ("Kirchliche Umschau",
diciembre del 2000). El 18 de febrero del 2001, Schmidberger dijo en
una conferencia en Santa María, Kansas (EE.UU.), que la hermandad
sacerdotal se anexionaría a Roma cuando se suprimiera la excomunión y
se les diera la garantía de celebrar sólo la santa misa tradicional.
Todos los obispos estarían de acuerdo en ello. (Fax de Abbé Sanborn
desde Warren, Michigan (EE.UU.).)
Advertencia final
La confusión será grande. Los católicos que habían puesto su confianza
en la hermandad sacerdotal, sobre todo los clérigos, caen en una
situación de gran necesidad: ¿qué hacer ahora? Su respuesta podría ser:
"°No queremos pese a todo marchar junto con los destructores de la fe y
de las estructuras eclesiásticas!" Aun cuando vengan escondidos bajo la
piel de cordero de un prelado romano. La verdad está antes. Cristo es
la verdad. El está por encima de los dignatarios. °Cada uno debería
rezar con fuerzas redobladas al Espíritu Santo para no ser confundido!
Iglesia del Corazón de Jesús, domingo, 28 de enero del 2001, y domingo, 4 de febrero del 2001.
( Nota de la redacción: posiblemente tampoco las hostias en el ciborio estén consagradas.)
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