EL PROBLEMA DE LA RESTITUCION DE LA JERARQUIA CATOLICA
por Tomás Tello
Fátima 1993
Con el fin de contribuir, en la medida de mis posibiiides, a la tan necesaria y ansiada par todas nosotros Restauración de la Jerarquía católica, desea exponer el planteamiento del problema - de este magno y enrevesado problema - y apuntar su posibie solución.
En la magna tribulación - indita e irrepetibie e iniguallable (Mat. 24,21) - que nos ha tocado vivir, debemos buscar los principios inconcusos, que deben guiarnos en el planteamiento y solución de este problema, sin olvidar un momento la base principal: la ayuda de Dios, que debe alcanzarse mediante la oración y el sacrificio.
Con el fin de na desanimarnos en la tarea, los que estamos dispuestos, con la gracia y ayuda de lo Alto, a luchar hasta conseguir este santo objetivo, debemos tener presente y no perder nunca de vista la triste reaiidad.
La Bestia tiene todo el poder del Dragón, que la hace, par permisión divina, invencible durante cierto tiempo. Se le otorgó el poder de hacer la guerra a los santos (a los católicos) y vencerlos. (Apoc. 13, 2 y 7).
Es indudable que esta primera Bestia no hubiera conseguido tan inmenso poder, sin el apoyo y la ayuda eficacísima de la segunda Bestia, "que con aspecto de cordero, habla el lenguaje del Dragón (de forma clara o sibilina) que sedujo a todos los habitantes d la tierra e hizo que adoraran a la primera Bestia." (Apoc. 13,11-17).
Esta segunda Bestia, está representada, sin duda alguna, por la serie de seudo-papas a partir de Roncalli.
La primera Bestia, haciendo uso de los poderes recibidos del Dragón, consiguió, después de una lucha multisecular, desde los tiempos apostólicos, que el Vicario de Cristo fuera suplantado por la segunda Bestia, quitando, con esta operación, de enmedio el OBSTACULO que impedía su plena manifestación. (Cf. II Thes. 2,1-11)
A esto cooperó el "enfriamento de la caridad entre los católicos" (Mat. 24,12), efecto de la abundancia y multiplicación de los pecados. Y, como el que obra el mal obstinadamente, "odia la luz y prefiere la tinieblas" (Joa 3,19-20), resuita que, en este caso,se es presa fcii y esontnea de los enganos de Satanas, par no haber recibido o haber perdido el amor a la Verdad, que es lo que puede hacernos salvos. (II Thes 2,9-10)
Estamos, pues, envueltos en densísimas tinielbas; por lo que sólo nos queda implorar la ayuda divina, repitiendo con el ciego del Evangelio: "Domine, ut videam" (Luc. 18,51, Mac 10,41)
Por otro lado, a pesar de todas las dificultades, debemos cambatir animasos, ya que tenemas la garantía divina de que estos días de crisis de la "MAXIMA TRIBULACION", serán abreviados (Mat. 24,22); pues, de lo cantrario, nadie se salvaría.
Antes de pasar a razonar mi planteamiento, quisiera trazar o bosquejar la panorámica del resultado de la victoria de la Bestia sabre los Santos (los Católicos), debido a su estrategia del "DIVIDE ET VINCES" (Divide y vencerás). Dicha estrategia le ha proporcionado la seguridad de su victoria y la esperanza de que nadie se opondrá eficazmente.
Veamos los estragos causados. Dejo a un lado, como es natural, a los nominalmente católicos, en realidad Apóstatas, que se adhieren "sponte et scienter" a los errores y herejías del Vaticano II.
Me limito al estrago causado en las filas de los llamados Tradicionalistas, entre los cuales deben encontrarse innumerables fieles de buena fe, que no son formalemtne herejes, sino errantes, unque muchos no exentos de culpa, par su testarudez.
Estos Tradicionalistas repudian, al menos, aquellas aberraciones de más bulto del Vaticano II; pero, todos coinciden en rechazar la Vacancia actual de la Cátedra de Pedro.
Estos Tradicionalistas pueden ser clasificados en diversos estratos, como no puede ser menos, en el campo del error.
Los hay Conciliares - un contrasentido - que admiten plenamente el Concilio Vaticano II. Estos profesan, protestan y proclamena su fidelidad al espíritu del mismo y a sus pontífices y celebran, sin el menor escrúpulo el NOM. Pretenden ser considerados coma tradicionalistas por el mero hecho de vestir sotana y conservar las devociones tradicionales: devoción a la Sma Virgen, rezo del Santo Rosario, novenas, sermones ajustados a los cánones tradicionales, etc.
Ni que decir tiene que estos Tradicionalistas "sui generis" perciben la crisis y les duele; pero no la perciben en su cruda realidad, sino superficialmente, como algo pasajero y episódico. Lo achacan todo a torcida interpretación del Concilio por parte de ciertos teólogos modernistas y otros sacerdotes perversos, que desobedecen al Papa. El Padre Santo - toda la serie de papas conciliares - no tiene culpa de nada; si, acaso, alga de debilidad1Estos como es natural, no perciben, ni sienten el problema.
A este estrato pertenece, por ejemplo, la Hermandad Sacerdotal Española de San ANTONIO MARIA CLARET. Son fanáticos del Santo Padre. No falta quien considera como santos a Roncaili y a Montini.
Sí; hay quien se encomienda fervorsoamente a Montini. Y este, precisamente, es (o era) un cura de los que aborrecían el N.O.M. y celebraba según el rito de S. Pío V. Para que no se crea que exagero, he aquí, sus palabras textuales (carta recibida por mi el 3/XII/ 1987): "Mi opinión sobre el Papa Pablo VI es claramente expresada en la fotocopia adjunta: está en el cielo, e INVOCO SU INTERCESION." A tales aberraciones, que me producen verguenza ajena, puede llevar la ignorancia de la Ciencia religiosa. "Gran cosa es el saber y las letras para todo" - exclamaba Santa Teresa. (Moradas,4,1 y passim)
Tengo comprobado, bien por contacto directo o epistolar, que sus miembros están endurecidos en su postura. Toman muy a mal que se les hable de la nulidad del N.O.M. o de las herejías de los papas conciliares.
No obstante, tengo que manifestar que se dan algunos miembros - conozco a algunos personalmente - que podrían ser rescatados; pero, claro, por sus colegas en el sacerdocio, que son los que tienen el carisma. Un seglar, normalmente, no tiene toda la fuerza persuasiva para ello, ya que, siempre, un sacerdote, se considera superior a los laicos, en los asuntos religiosos.
Por supuesto, que hablarles a tales tradicionalistas de la elección de un Papa, les sonaría a sacrílego, impío y cismatico.
Un segundo estrato seria el formado por los Nantistas-de Georges de Nantes-. Ya se sabe que este abate francés es asimismo, un tradicionalista "sui generis". Fueun gran debelador del Vaticano II, ya desde sus inicios. Es su gran gloria. Pero le ha faliado la lógica. De falta de lógica le acusan, tanto los extraños, como sus compatriotas.
G. de Nantes ataca duramente a los papas conciliares y los acusa de Herejía pero, al mismo tiempo, al aferrarse con actitud obstinada al DEPONENDUS EST de Cayetano, afirma la plena infalibilidad de los mismos, así como su jurisdicción. Debido a esta su opinión, admite como validos y licitos, tanto el N.O.M., como los demás ritos sacramentales...
Este Abate llama, despectivamente, integristas a los Sedevacantistas. Para G. de Nantes, el Sedevacantismo-doctrina que combatió, furiosamente, desde los inicios de su manifestaión - es un error tremendo. Dicho sea de paso, a este Sr. Abate ie debemos la preciosa información de que ya en 1967 habia Sedevacantistas "avant la lettre". Como es de suponer G. de Nantes rechazaria indígnadísimo la simple propuesta de cooperar a la Reatauración jerráquica, ya que para él la Jerarquía sigue tan íntegra como antes.
Llegamos al tercer estrato: Los Lefebvristas. Estos rechazan el Vaticano II en ciertos puntos; admiten otros muchos, interpretándolos según la Tradición. Rechazan como ilícitos-pero sólo como ilícitos - el N.O.M. y los nuevos Ritos sacramentales.
Estos, ni siquieran encaran la mera posibilidad de deposición del Santo Padre - como admite G. de Nantes - al que, por otro lado, no dudan en tachar de Anticristo, corruptor de la Tradición, modernista y liberal. Lo dejan todo en las manos de Dios. Dar por sentado que la Roma apóstata "la gran ramera, que corrompe la tierra con su fornicación..."(Apoc 19,2), se convertiirá y todo quedará renovado "ipso facto", como si nada hubiera sucedido. Es la utopia lefebvreísta que anuncia para mañana la desapariación de la Roma modernista. (Cf. F. Lagenos "L'EGLISE DES DERNIERS TEMPS". EINSICHT, Marz 1984). Ese sería encomendar la solución a una iglesia futurible.
Cuarto Estrato: el Guerardista; el más afín al Sedevacantista, y el que más daños nos está haciendo. El P. o Mons. Guerard des Lauriers, con su desconcertante, incoherente e inconsitente teoría de la MISSIO y de la SESSIO, y la absurda distinción entre Papa materialites y formaliter, ha hecho sentir sus consecuencias nefastas en la Resistencia Católica. Mons. Guerad de Lauriers, en contra de la doctrina católica:
a) sobre la situación canónica de todo jerarca, que se haya desviado de la Fe Católica (Canon 188, y Bula "CUM EX APOSTOLATUS OFFICIO); b) de que la Iglesia es perenne, perpetua e indefectible (D.S. 2297, 3303, 3326), c) de que en la Iglesia existirá siempre un Magisterio VIVO, auténtico y perenne e indefectible (Cf. D.S. 3305); d) de que la Iglesia es una Sociedad perfecta (D.S.2219, 3167, 3171, 3685); y e) de que el deber más grave y santo, al quedar vacante la la Santa Sede, es elegir cuanto antes al sucesor de Pedro. (Cf. VACANTE SEDE APOSTOLICA, de S. Pío X; Mons. des Lauriers - repito - proclama "quasi ex Catedra" que "EL ESTADO ACTUAL DE LA IGLESIA ES IRREVERSIBLE.
Sólo puede ser interrumpido par una intervención milagrosa y directa de Dios. ¿Qué debemos hacer entonces? - Nada. Pasividad absoluta. "Esperar en silencio y esperanza "(Is. 30,15) contra toda esperanza.
A tales conclusiones conducen las aberrantes teorías del teólogo G. des Lauriers. Las teorías guerardistas han sido rebatidas, con plena competencia, par el D. Zins y Mira Davidoglou,y Homero Johas.
Sólo un breve comentario por mi parte. Tales aberraciones, salidas -al parecor- de una cabeza sapientísima me producen asco y pavor. Asco do tanta quimera y teologia-ficción, cuyos resultados son pura diarrea mental. Pavor, al contemplar el abismo en que pueden precipitarse los gigantes do la Ciencia teológica, en cuya comparación me considero un zafio ignorante. Favor y asco, al mismo tiempo, al considerar que tales engendros monstruosos haya podido, a su vez, generar epígonos, al parecer seriamente convencidos de la verdad do tales aberraciones y monstruosos engendros.
¡Cuán débil es la inteligencia humana! Me espatta la alienación en que pueden caer inteligencias superiores y -al parocer- bien impuestas en las Ciencias Sagradas. Esto me hace temblar y descon fiar de mí mismo y de los demás, par grande que sea el predicamento de su erudición y ciencia. ¡OMNIS HOMO MENDAX!
Ya vemos, par esta sucinta enumeración do grupos tradicionalistas, como la Bestia ha conseguido asegurar su victoria, fragmentando a los Tradicionalistas y haciéndoles caer en errores y herejías. El Tradicionalismo ha quedado hecho jirones, a incapacitado, en cuanto tal bloque, para una resistencia eficiente contra las Bestias.
Mi punto do vista, respecto de todos los grupos tradicionalistas, no Sedevacantistas, es que, al estar endurecidos en su postura, al haber sido refutados ya "ad nauseam" sus errores, no debemos perder tiempo en intentar discutir con los mismos. Ni mucho menos hacer ver quo el Vaticano II es un Concilio Apóstata. Eso está superdemostrado y vista para sentencia. Sería un etorno voiver a empezar, un tejer y destejer la tela do Penélope, quo sólo serviría, coma he dicho, para perder el tiempo lo que iría en favor do las Bestias.
Debemos pues, diigir nuestros esfuerzos a la tarea ineludible de la Restauración de la Jerarquía Católica, sin perder más tiempo en debates inanes. La Ley de Dios y la doctrina de la Iglesia na son negaciables.
Veamos, ahora, cuál es la situacicón dentro del campo o área sedevacantista. Tampoco es más halagüeña que en el campo tradicianal lista "in genere", en lo referente a discrepancias divisiones.
También aquí ha introducido la Bestia la cuña divisionesy, por cierto, divisiones profundas e irreconcialables. A los Sedevacantistas lo único que los une, al parecer, es la incuestionable verdad de que la Sede de Pedro está vacante. Pero, no en lo atañente a la voluntad de solución del problema del restablecimiento de la situación anteconciliar.
En general, todos lamentan esta situación de orfandad y desean tener un Papa, ya que un pueblo sin gobernante va a la ruina (Pro. 11,14). Todos sienten la necesidad absoluta que la Iglesia tiene de su Cabeza visible. Todos, menos la BRITONS.
Si bien, varios sectores a grupos sedevacantistas se oponen, por diversos motivos y razones a la Restauración jerárquica y a una elección papal, la Britons esgrime todos esos argumentos y, además, como argumento propio y peculiar, EL DE LA NO NECESIDAD ESTRICTA DE UN PAPA para la pervivencia de la Iglesia, tal como Cristo la instituyó.
John Daly manifiesta, sin el menor rebozo, y con tono autoritario inapelable-debido a sus fantásticas teorías sobre el Milenio - que tanto el Papa, como los obispos no son, de ahora en adelante, estrictamente necesarios; así, como que la Iglesia puede pasar y desenvolverse sin ellos, aunque, tal vez, con ciertas desventajas.
John Daly no sólo no considera esencial a la Iglesia la ocupación actual de la PRIMA SEDES, sino que tampoco considera esencial la EXIGENCIA DOGMATICA de extinguir cuanto antes la vacancia de la misma. Según J. Daly, la Iglesia no, por el mero hecho de dejar de tener un monarca, dejaría de ser una Monarquía.
Por tanto, - concluye - no tenemos que mover un dedo en favor de una Reatauración jerárquica, que, por voluntad de Dios, se he hecho imposible. Sería satánico intentarlo. Increíble, pero cierto. (Vid. LETTER no 4 ' vol. 4, a partir de la p. 680)
Esto significa que Cristo, al establecer la Jerarquía y el Primado, en su Iglesia, lo hizo coma una alternativa, no coma algo esencial y como lo ms conviente y necesario.
No es extraño, pues, que las aberrantes teorías de la Briton's, en lo que a la teologla eclesial se refiere, sean rechazadas - según propia confesión de la Briton's (V. LETTER, 5, vol. I, p. 24) - por muchos de sus lectores, de las que han recibido innumerables cartas "more letters... than we could easily couunt."-, refutandolas o simplemente repudindolas. Es que la reacción del instinto de la fe, del "sensus Fidei", no puede ser otro en aquel fiel instruido que la conserve incontaminada. Otros, según he dicho reconocen y sienten la necesidad de la Jerarquía, pero son refractarios, par diversos motivos a todo intento de soiución de la crisis. La solución tiene que venir directamente de Dios, o no la habrá. Son los providencialistas.
Estos se basen en una obsesión escatólogica, que los hace indiferentes al respecto. Si ei fin está cerca-dicen-¿qué más nos da tener obispos que no tenerlos? Que cada uno se busque, individualmente, su propia salvación, sin complicerse la vida.
Otros son los legalistes estrictos. Puesto que legaimente, según la letra, no se puede ye realizer la Resteuración jerárquica, todo esfuerzo en ese sentido no sólo es inútil, sino sacríliego.
Esta última postura la combatí en mi trabajo en defensa de las consagraciones de los Monseñores Carmone y Zamora, y ambas, en la serie de artículos aparecidos en MYSTERIUM FIDEl y en KYRIE ELEISON.
"No lo entiendo - dice M. DAVIDOGLOU (Cf. LA VOlE, Nüm. doble XXIII-XXIV, primav. 1993, p. 15)-; Pero no yea por qu ei reconocimiento de la Omnipotencia de Dios obligaría ei hombre a desobedecerle; pues, se trata, en efecto, de una desobediencia, o ms bien de una rebelión, cuando se intenta frenar a impedir tanto a los clérigos, como a los laicos, que se oponga a TODA ORDENACION VALIDA." Serie resistir a la voluntad de Dios que quiso que la Jerarquía existiera haste ei fin del mundo. Si dicha sucesión apostólica se pudiera interrumpir serie a causa de la infidelided de cirigos y laicos, par oponerse tercemente e las leyes de Dias, no, precisamente, por la OBSERVANCIA DE LAS MISMAS.
Pretenderlo sería suponer en Cristo, a bien defecto en su presciencia de la usurpación de la Sede Apostólica por el enemigo, o bien, impotencia para eliminar dicha usurpación. Dos hipótesis inadmisibles. Es más, supandría, asimismo, en EL, la voiuntad de permitir leyes funestas en su Iglesia, can el fin de destruirla Lo cual sería blasfemo.
Otras de las razones esgrimidas, en contra de todo intento de Consagración y ordenación, alegada es que varios sacerdotes y obispos, con motivo o excusa de la Restauración de la Jerarquía, se han infiltrado e introducido en los medios de la Resistencia católica. Tenemos el Documento estremecedor del D. Zins (cf. Núm. 31-32 de SUB TUUM PRAESIDIUM, Oct. 1992), - si bien universalizando calumniosamente - como prueba fehaciente de dicha infiltración. Es un hecho innegable. Pero, concluir de ahí, por esa universalización inicua, que todas las consagraciones y ordenaciones, son cismáticas y sacrílegas y que, por tanto, es impio y satánico intentarlo; que la solución humanamente es desesperada, es lo que hay que rechazar enérgicamente. Eso teológica y moralmente es inadmisible.
"Solución radical - responde Davidoglou, en el num. citado de la VOlE-. ¿Es que no se ye que esa decisión es peor que la misma enfermedad que se pretende extirpar? Sería lo mismo que dejar que se muera o procurarle la muerte al que está enfermo. Es indudable que con la muerte del enfermo desaparecería la enfermedad. Pero, e ¿es esa la solución?" ¿es lógico? Es menester tener presente - añado yo - que si, cuando había legítimos Papas, se infiltró el enemigo. ¿por qué hemos de sorprendernos de que lo haga en estas aciagas circunstancias de crisis y de caos organizado por las Bestias, en que es más fácil?
Dése un repaso a la Historia de la Iglesia, desde León XIII, hasta Pío XII - sin excluir a San Pío X - y se observar que toda una caterva de masones, modernistas y progresistas escalaron los más altos puestos en las dignidades eclesiásticas, hasta el punto de llegar a representar en el VaticanoII los 2/3 de los PP Conciliares. Ya Rampolla, si no hubiera sido impedido por un factor laicoprecisamente laico-habría adelantado en medio siglo la hora del poder de las tinieblas. No debe pues, arredrarnos ese riesgo. Debemos asumirlo y contar con él y estar alerta para impedirlo con la ayuda de Dios.
A esto es a lo que debe estar dispuesto el grupo de Sedevacantistas - entre los que nos contamos - que cree en una solución jurídica del problema y que se esfuerzan por resolverlo activamente, con la ayuda de Dios. Pero, la Bestia, a través de un engranaje sabiamente dispuesto, lo tiene todo prevista para provocar la división y el cisma en este último bastión de la resistencia católica.
Pero, antes de pasar a señalar los puntos débiles, por donde se cierne la división entre nosotros, conviene que demos el finiquito o el carpetazo al debate con los Sedevacantistas enemigos furibundos de la Restauración.
Se debe concluir, de una vez, el duelo a muerte, que dura ya demasiado, entre el Dtor Homero Johas, por un lado, y el Diácano Zins y la BRITON'S, por otro. El Dtor Johas, con un verdero arsenal de citas, ha agotado ya todas las razones, que no quieren escuchar los contrincantes. Se limitan a descalificaciones personales y a insultos.
No se puede perder más tiempo en prorrogarlo. En un debate sin base común, nos eternizariamos, con mengua de la tarea que debemos emprender.
La táctica para dar el golpe mortal definitivo, sin voiverse a preocupar más, ni Zins, ni de la BRITON'S, de ser otra. Esta.
En materia de deliberación y discusión, se debe partir de un principio evidente y seguro y admitido por ambas partes. Ahora bien, tanto los adversarios acérrimos de toda Restauración jerrquica, como nosotros, admitimos y confesamos la Verdad de Fe de la PERENNIDADE INDEFECTIBILIDAD DE LA IGLESIA.
Dicha Verdad de Fe, la formula así SALAVERRI:
"ECCLESIA PROUT A CHRISTO INSTITUTA EST ET IN EA NOMINATIM HIERCHIA ET PRIMATUS, EX VOLUNTATE CHRISTI, PERENNES ERUNT."
La Iglesia, tal como fue fundada por Cristo, y en ella, nominalmente, la Jerarquía y el Primado serán perennes por voluntad de Cristo.
Esta tesis - prosigue el mismo Salaverri - de acuerdo con el sentido recibido, impiica tres cosas:
a) Que la Igiesia ha de durar Iiasta el fin de los siglos, o sea, mientras existan hombres en la tierra - "quoadusque nempe homines in terris exsistant." b) Debe permanecer en su esencia, o sea, como Sociedad religiosa destinada a todos los hombres, equipada permanentemente con la triple función de Enseñar, Santificar y Regir. c) No será sustuida por otra economía de salvación.
El valor dogmático asignado por Salaverri es el siguiente: Las tres partes de la tesis, en su conjunto, como de FIDE CATHOLICA. En el Concilio Vaticano I fue definida en Juicio solemne, explícimente, la perennidad del Primado; impilcitamente ha perennidad de de la Jerraquía; expilícitamente, pero de manera indirecta la perennidad de la Igiesia, cuya definición directa estaba ya preparada.
Si se demuestra que estos señores, aunque confiesen con la boca esta verdad de Fe, - como nosotros, - de hecho, corrompen su significación y -al menos, implícitamente -la niegan, debemos tacharlos - a ellos, que tan proclives son para acusarnos de sospechosos y cismáticos - de desviados de la Fe católica, o al menos, de sospechosos, que por su obstinación vendrían a ser considerados coma herejes.
De este modo quedaría zanjado para siempre toda la cuestión.
En efecto, ¿cómo explica o entiende cada una de las partes de la tesis John Daly? J. Daly habla, casi siempre en tono doctoral, como si fuera el órgano del Magisterio auténtico, aventurando hipótesis, que eleva a tesis, prestándoles evidencia, dándolas como desmostradas, irrefutables, etc. Y !ay! del que ose contradecirle... Cree que su inmensa erudición - que hay que reconocer - le hace infalible, o poco menos.
Tanto la BRITON'S, como Zins, toman el mismo punto de partida, de un juicio personal, que elevan a la categoría de verdad de fe: TODA LA JERARQUIA ES APOSTATA.
Con ella vienen a dar en uno de los extravíos del hombre, en la búsqueda de la verdad, que consiste en adherirse a lo oscuro y dudoso, para venir a embarullar y hacer materia de aflieción los puntos más seguros y ciertos.
Tanto J. Daly como Zins, se yen forzados a malabarismos dialéc/ ticos ' para dar la exegesis del Dogma de la infalibilidad e indefectibilidad de la Iglesia, con el fin de poder concordarla con su malhadado juicio, elevado a principio. Pero, a su vez, parten de una base distinta para dar sus explicaiones, que no son otra cosa que la distorsión del sentido obvio del Dogma.
En la LETTER, n. 4, vol. 4, a partir de la p. 589, destina Daly una buena parte de la misma a exponer sus fantsticas teorías sobre el Milenio y condiciones de vida e la humanidad en dicho período o era. Es pura teología-ficción, en que se atreve a aventurar fechas sobre la aparición y muerte del Anticristo. Predice el principio del reínado del Anticristo para comienzos de 1994. Ya se vers -pues cae cerca- si Dios quiere.
Con esas sus teorias niega, al menos, implIcitamente la perennidad de la Iglesia.
Admite, por supuesto, que la Igiesia, en abstracto, durará hasta el fin del mundo; pero, la Iglesia quedará despojada de sus jerarcas, - que no le son estrictamente necesarios y, en el MILENIO, absolutamente innecesarios-; y, por tanto, carecerá de la triple potestad, propia del ministerio jeraquico, a pesar deque, de dicha potestad la admita en abstracto.
La base de todos su escarceos dialécticos para montar sus teorías es debilísima, por evidentemente falsa, a pesar de que ie quiere dar una consistencia de verdad de fe, o poco menos, apoyándose en los SSPP. Según J. Daiy, nadie ha captado el significado del sintagma "USQUE AD CONSUMMATIONEM SAECULI". Aporta su interpretación personal, par la que queda claro el sentido pieno del dogma de la Perennidad de la Igiesia y de su Jerarquia y Primado.
Divide la historia de la humanidad en siete EONES; el último es el del Miienio. Por tanto la "CONSUMMATIO SAECULI" a la terminación del Eón que estamos viviendo, que es hasta cuando tenía que durar la Jerarquia...
La objeción clave - argumento maza - en contra de esta peregnina y fantástica exegesis, se la hice a Daly, hace ya tiempo (en carta del 8/2/92). Le decía o argüía así.
"En lo que discrepo diametraimente es en la admisión de muchos EONES. No le encuentro fundamento ni escriturístico, ni doctrinario. En la Sagrada Escritura solo se habla de dos Eones: del presente y del venidero (praesentis saeculi et venturi saeculi (a enestotos aionos y méllontos aionos"). Ei Eón presente corresponde a la duración de la vida de la progenie humana en la tierra y el Eón venidero a futuro a la vida eterna... En el CREDO confesamos nuestra Fe diciendo: (Credo) in vitam venturi saeculi" "eis zoén tau méllontos AIONOS", en la vida del Eón futuro. Le pregunto: ¿A QUE EON VENIDERO 0 FUTURO SE REFIERE EL CREDO: al del Miienio, o al de la Eternidad a Eviternidad...?" "Por otro lado, para convencerse 4e que la Sgra Esct. sólo habla de DOS EONES, haga favor de consratar las siguiente citas del Nuevo Testamento." Se trata de unas 20 citas, que omito.
Pues, bien; aún estoy esperando la contestación a mi argumento. ¿Qué queremos para repudiar las doctrinas deletéreas al respecto de Daly, y a cortar todo debate y diálogo con un obstinado en doctrinas erróneas, engendros de su imaginación y prejuicios?
Pero, es que la BRITON'S afirma taxativamente que la Iglesia ha cesado de ser una organización docente. Oigamos. "Iniciamos la publicación de estas cartas, porque habla que ejercer una función, que nadie ejercía. Es decir la Iglesia, por inescrutables juicios de Dios, HA DEJADO DE SER UNA ORGANIZACION DOCENTE (Had ceased to be a teaching organization), fuera de los escritos que quedan del pasado... Además, se encarga la BRITON'S de transmitir dicha dotrina, porque - según sus noticias - no existen otros católicos, en ninguna parte del mundo, que lo hagan públicamente. "Cf. Letter n. 5, p. 36 ¡Qué presunción! Está claro, es evidente, que la BRITON'S niega la función docente, por haberse interrumpido, del Magisterio instituido por Cristo para siempre, hasta el fin del mundo: MAGISTERIUM VIVUM, AUTHENTICUM, PERENNE. (Cf. D S 3305 y Canon 1322). El Magisterio establecido por Cristo, es un Magisterio Viva, no un Magisterio de muertos.
Se afirma, asimismo, la carencia de jurisdicción en la Iglesia, (Cf. 1.c. p. 4). Admite, además, una nueva economía de la salvación, a partir de ahora.
Si, por otro lada, profesa un SINSACRAMENTALISMO a ultranza, generalizado, que sería la norma para el Milenio. ¿Qué queda de la perennidad e indefectibilidad de la Iglesia, admitida en abstracto par la BRITON'S? ¿Qué queda de la Iglesia instituida por Cristo, que debía permanecer idéntica, en esencia, a como fue en el tiempo apostólico? (Cf. MORTALIUM ANIMOS). Nada. Un fantasma de Iglesia, engendro de la imaginación de los redactores de la Briton's.
Vemos que la BRITON'S, obcecada par su tesis de los EONES, que le hace corromper el sentido del dogma, recibido por la Igiesia y los teólogos, no repara en oponerse frontalmente a proposiciones condenadas por la Iglesia, que la Briton's vuelve a poner en circulación descaradamente. Por ejemplo:
"No tiene chispa de evidencia la NECESIDAD de que haya una sola cabeza que rija la Iglesia en lo espiritual, que deba existir y conservarse SIEMPRE can la Iglesia Militante." (D 653)
"Sin tales monstruosas cabezas, Cristo gobernaría mejor a su Iglesia, par media de sus verdaderos discípulos esparcidos por toda la redondez de la tierra." (D. 654) "Los Apóstoies y los fieles sacerdotes del Señor gobernaron valerosamente la Iglesia, en los casos necesarios para la salvación, antes de que fuera introducida el oficio de Papa; así lo harían, si por un caso, sumamente posible, faltara el Papa hasta el día del juicio." (D. 655) "Después de URBANO VI na debe ser recibido ninguno más coma Papa; sina que se debe vivir al modo de los griegos bajo leyes propias" D. 589).
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